Otra alternativa para dejar los anteojos

Publicado: 1 Jul 2019

“La ICL es como si fuera una lente de contacto blanda, pero que va dentro del ojo”, explica, en términos simples, la Dra. Paola Rinaudo, nuestra especialista en córnea; “una lente implantada, que se coloca atrás del iris y delante del cristalino”.

La Fundación Zambrano practica hace varios años la implantación de las lentes intraoculares EVO Visian ICL: lentes implantables de colámero (ICL por sus iniciales en inglés) que corrigen defectos refractivos habituales, como la miopía y el astigmatismo.

Siendo uno de los últimos avances en tecnología para la corrección de la visión, las ICL enfocan la luz correctamente en la retina, de una forma similar a los anteojos y las lentes de contacto.

Estas lentes se utilizan en pacientes con defectos de refracción altos que quieran dejar otros medios de corrección óptica, dado que en correcciones mayores a 16 dioptrías, generalmente los anteojos no son suficientes, y las lentes de contacto pueden resultar molestas para algunas personas.

“Sirve especialmente para corregir errores refractivos elevados. El láser Excimer (LASIK) puede corregir hasta 6 dioptrías, no más”, puntualiza la doctora; “entonces, cuando hay 8, 10, 15 o hasta 18 dioptrías de miopía se pueden implantar estas lentes”.

Si bien la clásica cirugía LASIK suele tener excelentes resultados en la corrección de errores refractivos bajos, hay pacientes que no pueden someterse a ella. Una córnea muy fina o con una forma no convencional pueden no ser seguras para esta intervención, ya que modifica irreversiblemente la córnea; para la colocación de las ICL, en cambio, no es necesario eliminar tejido corneal. “No se toca ninguna estructura natural del ojo”, resalta Rinaudo.

A lo largo de los últimos 20 años, se han implantado más de un millón de ICL en todo el mundo sin problemas. Esto se debe a que el colámero contiene colágeno, un elemento que el organismo genera de forma natural, lo que hace a las lentes biocompatibles. “A veces los pacientes preguntan si pueden tener alergia a la lente o si el ojo la puede rechazar, y no, es totalmente biocompatible”, aclara nuestra especialista. “No hay reacciones alérgicas”.

Otra gran ventaja es que son removibles. Si se producen cambios de graduación importantes o surgen nuevas opciones para la corrección de defectos refractivos, las EVO Visian ICL pueden extraerse por completo del ojo, dejándolo intacto -ya que como mencionamos, no se daña ninguna estructura en la implantación.

La intervención dura unos 20-30 minutos, y la mayor parte de los pacientes retoman sus actividades diarias transcurridos unos días. “Y si bien se puede remover, la lente está diseñada para permanecer siempre en el ojo”, remarca Rinaudo. “Entonces, es una intervención de media hora y después ves bien toda la vida”.

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